Las aguas florales son una excelente alternativa cosmética para el cuidado de la piel. Se obtienen del mismo proceso de destilación que tienen los aceites esenciales puros: mientras el aceite esencial flota, el agua floral es el líquido que queda en el fondo, por lo tanto, tienen las mismas propiedades que el aceite esencial, pero con menos concentración.
Las aguas florales se pueden incorporar como elemento acuoso en una crema natural (5%) o en las mascarillas caseras. También se pueden usar directamente en recipientes con difusor, como limpiador facial o también puede usarse directamente en el cuerpo como un perfume ligero si lo envasas en una botella con atomizador.